Arácnidos de apariencia curiosa que al observarlos en detalle, sus ojos prominentes pueden recordar el aspecto de un pulpo. Este post está dedicado a un grupo de organismos que se pueden confundir con las arañas: los opiliones.
Cerca de la media noche algo me llamó la atención hacia el garaje de la casa, al acercarme vi a una babosa de un tamaño considerable. Pero mi curiosidad fue más allá, así que bajé las escaleras y con la linterna de mi celular. Iluminaba el camino y me sentía en una expedición nocturna, pero en casa. Es sorprenderte ver la vida que se oculta bajo las sombras como lo son las babosas, arañas, marranitos, pececillos de plata o ciempiés. Lo que más me sorprendió fue ver a un opilión, era la primera vez que veía uno en casa, uno de la familia Sclerosomatidae. Mi encuentro con estos organismos se ha dado en bosques, por eso mi sorpresa al encontrar uno mucho más cerca de lo que pensaba.
Los opiliones son el tercer grupo con mayor riqueza de especies dentro de la clase de los arácnidos, después de los ácaros y las arañas. Cuentan con un alto grado de endemismo y baja dispersión. Además son confundidos con arañas debido a su apariencia, pero cuentan con diferencias considerables con respecto a éstas.
¿Cómo reconocerlos?
Cuentan con dos ojos que sobresalen de la superficie de su cabeza, cuerpo compacto, sin una cintura que separe el prosoma del opistosoma y este último segmentado. A diferencia de las arañas no cuentan con glándulas productoras de seda y glándulas de veneno, siendo organismos inofensivos.
Al disponer de patas alargadas, éstas pueden ser fácilmente capturadas por sus depredadores. Para escapar ocurre un desprendimiento del miembro que ha sido sujetado por el depredador, lo que se conoce como autotomía. Este es un mecanismo evasivo, en donde las patas que se han perdido no se vuelven a regenerar. Otros mecanismos evasivos incluyen el escape rápido en especies de patas largas, sacudir su cuerpo o simular estar muertos al estar inmóviles y rígidos (tanatosis). Cuando este tipo de mecanismos no surten efecto, expulsan sustancias de olor desagradable desde las glándulas repugnatorias, ubicadas en la región anterior del cuerpo.
Son capaces de ingerir partículas sólidas y alimentarse de diferentes recursos como invertebrados (incluso otros opiliones), carroña, plantas, hongos o heces. Esto los diferencia de los otros grupos de la clase Arachnida, que son conocidos por ser depredadores. Su visión es muy limitada y sólo les permite diferenciar la luz de la oscuridad. Para compensar esto, los dos primeros pares de patas son capaces de percibir el ambiente. Son de hábitos nocturnos y se les considera buenos indicadores al ser muy sensibles a variables ambientales.
Taxonomía de la familia Sclerosomatidae Reino: Animalia Phylum: Arthropoda Clase: Arachnida Orden: Opiliones
La última recopilación del número de especies de opiliones en Colombia daba una cifra de 170 especies. Sin embargo, este número se ha incrementado gracias a los nuevos registros de los últimos años, alcanzando un número aproximado de 190 especies. A pesar de ser un grupo tan rico en especies, en Colombia falta mucho por conocer acerca de la fauna existente y los registros se han concentrado principalmente en la región Andina. En cuanto a las familias en Colombia se presentan 15 de las 49 descritas en el mundo. El protagonista de hoy pertenece a la familia Sclerosomatidae que a su vez hace parte del suborden Eupnoi. Este suborden de opiliones se conoce porque gran parte de sus miembros poseen patas largas. Habitan en todos los estratos de la vegetación como la hojarasca, el tallo o el dosel de los árboles. También pueden encontrarse en ambientes transformados por el ser humano, sobre las paredes o muros y en la entrada de las cuevas.
La familia Sclerosomatidae se ha encontrado en los siguientes departamentos de Colombia: Amazonas, Antioquia, Boyacá, Caldas, Caquetá, Cauca, Chocó, Cundinamarca, Meta, Putumayo, Santander y Vaupés. Esta familia se reconoce por poseer un cuerpo redondeado, patas finas y alargadas, el segundo par de patas es más alargado que el cuarto y el tercer y cuarto par de patas tienen una sola uña. Se pueden encontrar principalmente en los bosques, agrupados durante el día. En la noche salen a cazar, encontrándoseles solos en búsqueda de alimento. Se cree que al agruparse obtienen el beneficio de aumentar el efecto de las sustancias liberadas por las glándulas repugnatorias, considerándose al gregarismo como un mecanismo de protección.
Estos son los opiliones, unos curiosos animales que cumplen un papel fundamental al alimentarse de artrópodos que pueden llegar a ser plagas y las especies con requerimientos ambientales muy específicos, pueden darnos una idea de las condiciones de un ecosistema. Un gran desconocido en nuestro país, a pesar de ser organismos comunes en los ecosistemas. El aumento en el número de especialistas y la exploración de las zonas poco estudiadas pueden ser el camino hacia un mayor conocimiento de este grupo en Colombia.
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